EL MUSEO DE LA DISTOPÍA

Este es un blog creado con propósitos educativos. Brinda apoyo, al estudiante y al educador, en el proceso de aprendizaje, facilitando la reflexión, el cuestionamiento de sí mismo y de los otros y la colaboración, proporcionando contextos para el ejercicio del pensamiento de orden superior.

Además tiene como propósito de ser un “museo virtual”, o una parte de un museo, que se caracteriza por el uso de medios virtuales para mostrar, preservar, estudiar, reconstruir y divulgar el patrimonio material o inmaterial de la humanidad, en este caso de sinopsis de material fílmico y literatura distópica con la intención de nutrir el blog con comentarios críticos.

Distopía es el término opuesto a utopía. Como tal, designa un tipo de mundo imaginario, recreado en la literatura o el cine, que se considera indeseable. La palabra distopía se forma con las raíces griegas δυσ (dys), que significa ‘malo’, y τόπος (tópos), que puede traducirse como ‘lugar’. La distopía plantea un mundo donde las contradicciones de los discursos ideológicos son llevadas a sus consecuencias más extremas. En este sentido, la distopía explora nuestra realidad actual con la intención de anticipar cómo ciertos métodos de conducción de la sociedad podrían derivar en sistemas injustos y crueles. Por ejemplo: una nación donde se ejerza un riguroso control estatal para garantizar una sociedad organizada, feliz y conforme, podría derivar en un régimen totalitario, que reprime al individuo y cercena sus libertades en función de un supuesto bienestar general.

viernes, 9 de octubre de 2015

Guerracivilandia en ruinas, de G. Saunders (1996)



El mundo como un parque temático es la película de la vida que nos ofrece el escritor George Saunders (Amarillo, Texas, 1958) En un revuelto de cinismo y crueldad, los personajes de sus cuentos son la tostada que cae del lado embadurnado de mantequilla, sus momentos anónimos de convivencia mezclan en una misma dosis hiperrealismo y surrealismo. Sobredosis de miseria y absurdo para terminar con una media sonrisa. Sus cuentos hurgan en la herida de la vida moderna capitalista y en un estado del bienestar en ruinas. A cambio: fútbol, telecasquería 24 horas y compra a crédito (más comisión) para tenernos entretenidos y para dejarlos tranquilos con sus tejemanejes. Camillas por los pasillos de los hospitales, niveles culturales ciudadanos en retroceso, nuestros mayores y los más débiles abandonados a su suerte. Saunders nos pinta como Quijotes sin armaduras, defendiéndonos con nuestro sobrepeso, con la idiotez supina que nos toca por convenio, con el gusto por la desgracia. Caemos y volvemos a caer sin descanso ni margen de recuperación. Los molinos van a zurrarnos en serio. Y no hay Sancho Panza que nos asista ni nos recoja del suelo. Solo queda reírnos del último incidente, de la desgracia ajena, cuando tenemos la nuestra pegada al cogote, y tomarlo con el espíritu deportivo que determina el american way of life. Saber ganar y saber perder. Sobre todo, perder. Es lo que hemos querido, un crédito eterno para nuestras vidas a cambio de un sinfín de sacrificios, fraccionados en el cobro, por eso (o eso nos han hecho creer). Entretanto, “Guerracivilandia en ruinas” funciona como muestrario de las coyunturas que nos esperan. Ya podemos reír, ya, que nos esperan, no demasiado lejos.

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